sábado, 18 de octubre de 2014

MOMENTO OPORTUNO

POR ADA ALBRECHT

Para amar a Dios no hay momento oportuno en esta tierra, Corazón mío.
Inútilmente buscarás el instante perfecto para consagrarte a Él: difícilmente lo hallarás y, mientras tanto, irás perdiendo una a una las monedas de tu tiempo,  depositándolas en ese banco sin fondo de la inconsciencia.
Dirás:"Hoy me recogeré, hoy oraré, hoy meditaré...", pero ya verás como el mundo toma tus días entre tus manos y los moldea a su antojo.
Siempre tendrás algún compromiso, alguna labor que cumplir, alguien a quien ver y no siempre por causas superficiales :
a éste deberás ayudar, puesto que te ha pedido un consejo, y a éste otro guiar en sus estudios....
Siempre habrá, como te digo, un inconveniente tendido a lo largo de tu camino que impedirá tu viaje al país de la oración.
Sé entonces audaz: medita y  vive con Él, hagas lo que hagas.
Que no se lleve  lo mejor de ti  tu trajinar cotidiano :  cuando lo realices, no pongas en ello toda tu conciencia ; trata de hacer las cosas bien, pero de modo que no te comprometan en demasía. Libera tu ser hacia regiones más altas, y sumérgete en oración muy dentro de ti , en silencio, cuantas veces puedas. Sustráete de la mentira que te susurrra: "pero no podrás hacerlo. ¿Cómo permanecerás en oración , siendo tan importante lo que debes realizar? Ello necesita toda tu atención..." no escuches esas voces, que vienen del demonio. Cuando bañas tu cuerpo, cuando desayunas o comes, 
cuando caminas para ir a tu trabajo, 
cuando regresas de él,  cuando te preparas para ir a dormir, ¿no te quedan acaso grandes franjas de tiempo en las que sueles insertar pensamientos hijos del mundo?¿Por qué no cambiarlos por una oración a Dios Nuestro Señor? ¡Puedes hacerlo! Ocurre que, distraído, sin atencionarte, permites que el mundo penetre en ti, con todas sus voces, y dejas fuera a quien debería ocupar el primer sitio.
Hallar un momento adecuado para la oración, en el siglo que vivimos, es casi imposible, pero puedes encontrarlo constantemente en ti , que eres Templo amado del Señor.
Recuerda, Corazón, Ahora es el momento oportuno, el camino a Dios se llama Ahora, la realización espiritual  si tiene un nombre,  ese nombre es" Ahora"..
La santidad no nace en ti , porque desconoces al genial Ahora; si Ahora guiará tus pasos, la eternidad sería tuya.
El demonio se viste de mañana ; Dios es Ahora; la oportunidad de Ser se llama ya . Húndete corazón, tu deseo celeste,
húndete como las raíces de los árboles lo hacen en la tierra que deberá sostenerlos , y afirmarte todo entero en la oración.
Ora al caminar, ora al comer,  ora primero con tu cuerpo y sentidos si tan difícil te resulta al comienzo elevarte  tú solo ya desnudo de Bienes mundanales hasta el Gran Amado. Llama por este este medio a la Primavera , aunque te recubran las arideces del invierno. Precisamente,
tu trabajo es ése: sembrar en la arena estéril de tu yo, las semillas de vida. Será vano al principio, mas con cada grano muerto que no pudo ser fruto ni raíz, irás transmutando la naturaleza de tu empecinado arenal  en tierra fecunda. Es un esfuerzo inútil, sólo en apariencia. Ya verás cómo cambia su esterilidad  transformando cada parte  suya en terrón propicio para su huerto.
Estás en sombras: abrázate al pensamiento de la Luz. Caminas encadenado: suéñate andando en libertad;  te arrastras y sientes que para volar te faltan alas: vuela entonces con las de tu aspiración espiritual!
Corazón mío, consagra tu tiempo a Dios ahora, cuando Dios, según crees, está  ausente. Llámalo de modo constante,
sea tu amor la gota que orade la piedra dura de tu yo mundano, , haciendo de cada instante un Templo al Padre Nuestro que está en los Cielos.
Poco a poco, y trabajosamente, se generan los frutos y las flores.. De la nada parecen provenir, de la sequedad y el vacío... Sin embargo, un día se alzan y embellecen huertos y jardines. Ellos han descubierto que el momento oportuno de Ser, es el que se dedica al trabajo .... Tú obra: Dios hará lo demás. Un día, Corazón, te  descubrirás pletórico de Fe; ella será la Flor elevada en tus ramas gracias a la constancia de tus raíces-
Dios prueba tu Amor con su ausencia .
Cuando menos lo veas, estará más presente, y se estará gestando como un niño Divino en el vientre de tu anhelo.
Por eso te digo, Corazón, que no existe eso que llamas "momento oportuno" para dedicarte a Él; dale todo tu tiempo, y haz de cada hora , un altar Suyo.
La  conquista de la Eternidad no es, en resumidas cuentas, sino una infinita suma de minutos que se sustrajeron  al tiempo , nimbándolos  con la presencia de Dios  nuestro Señor.
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