jueves, 20 de noviembre de 2014

PERSONA ATEMORIZADA Y HUIDIZA

Bien. Todos recordamos a Soledad Dolores Solari- y cómo nos ha divertido el señor Gasallla con sus personajes-; el texto no lo  nombra pero los profesores de Psicología de la Personalidad dijeron que es una fiel interpretación de este tipo de personalidad..

4. PERSONA ATEMORIZADA Y HUIDIZA

4.1. Aspecto. Es lllamativa la actitud reveladora de temor, que se hace muy evidente desde el comienzo de la entrevista. Entran como pidiendo disculpas y al mismo tiempo solicitando con su actitud general una atención muy especial. Pueden sentarse en el borde de la sillla y mirar en forma demandante , observando ; observando muy definidamente todos los objetos del lugar, no en forma furtiva y disimulada como lo haría la persona sus picaz.
Tienen en el comienzo dificultades de expresión que pueden pasar cuando encuentran lo que buscaron desde el comienzo,  el objeto acompañante contrafóbico.
4.2. Reacciones posibles del personal de salud. Lo más evidente es que estas personas exaltan nuestros aspectos reparatorios porque nos muestran desvalidos y necesitados. El entrevistador trata inmediatamente de hacer que el paciente se sienta confiado , utilizando casi sin proponérselo la actitud del cuerpo, las palabras, los gestos. Tomando un ejemplo de la vida animal, la seducción de estas personalidades está en la misma línea de la conducta del lobo  ya vencido en una pelea,  que ofrece la yugular a su adversario, determinando con esta conducta que el vencedor se aleje del campo . Guardando las distancias, el entrevistador es colocado en el lugar del lobo vencedor quien debe entonces comportarse como cuidador de alguien que se ofrece en su máximo desvalimiento.
La persona atemorizada lo transforma así en el objeto acompañante contrafóbico que ella necesita para sobrellevar el estrés de la situación de la entrevista.
4.3. características generales.  Lenguaje. Conductas. Función Psíquica.
Su atención está permanentemente focalizada en las situaciones externas percibidas por los receptores distales: esto hace que disminuya el contacto con las sensaciones internas. Este permanente alerta y búsqueda de elementos que los reaseguren tienen un camino psicológico que es bastante claro y cuyo conocimiento es muy util cuando se trata de situaciones patológicas, ya que recorriéndolo en sentido inverso se consigue superar las situaciones que atemorizan.
El camino puede esquematizarse como sigue: comienza con una situación en la que, como en la mayoría de los acontecimientos humanos, se combinan aspectos placenteros y dolorosos. Tomamos como ejemplo un conocido caso de Freud, la historia de "Juanito". Imaginemos las primeras relaciones de este niño con la imagen de su padre, quien reúne aspectos que producen placer ( caricias, regalos, juegos) con aspectos displacenteros ) ( prohibiciones, sanciones, castigos, relación con la madre de juanito ). Hay, por otra parte, una ley social que califica a todos los padres como buenos y queribles. Algo así como que no se puede odiar a los padres que nos dieron...Esta situación conflictiva produce en el niño una compleja reacción. Por una parte, la representación de padre malo es reprimida, que queda solamente de padre bueno. El afecto concomitante a esta representación de padre malo queda libre, se suprime de la conciencia, pero como se trata de una carga de afectos, no queda libre mucho tiempo, sino que va a otra representación. Juanito busca algún objeto externo  que, por motivos singulares, propios de su vida y de su experiencia, asocie. Para este niño fueron los caballos. Podemos suponer que son animales grandes grandes que hacen mucho ruido, probablemente como su papá , y que tienen genitales como los que él puede imaginar en su progenitor. El afecto entonces se instala en los caballos Se desplaza a otro objeto. Resulta f´ácil suponer que en la relación imaginaria que tenemos con lo que nos rodea es impensable, al menos no creíble, mantener por mucho tiempo afectos asimétricos. Me refiero a poder decir:
"Yo estoy en muy buena relación con este grupo, pero ellos no me quieren, no sé por qué." Así entendemos que Juanito proyecto su odio y lo supone entonces de los caballos hacia él .
El paso siguiente es entonces controlar a los caballos --objeto fobígeno--- que el niño se propone evitar , son en realidad una mentira. El verdadero peligro está en la situación interna, o mejor dicho en la relación con esta representación del padre odiado que no puede  hacerse presente en la conciencia.
De este circuito de las situaciones a las que se teme irracionalmente se pueden inferir las conductas de este tipo de personalidades. Son temerosas y está siempre alertas,  no buscando una clave como vimos en los suspicaces y desconfiados,  sino buscando estos objetos del mundo externo que los ponen a salvo de los peligros internos y que muy fácilmente fácilmente pueden transformarse en objetos acompañantes, ya que su contacto a cierta distancia permite saber que el peligro está ahí y no en otra parte. Esta otra parte es el mundo interno que es mucho más difícil  de eludir. En el lenguaje de estas personas, especialmente en los momentos de dificultad, se observan separaciones atípicas de las palabras que no están en relación con el sentido de las frases. Pueden también hablar muy rápidamente y por lo general en voz muy suave, aunque la aparición de una emergencia puede evidenciarse en una voz fuerte o en una actitud que aparece como impulso ( contrafobia).
En cuanto a las funciones En cuanto a las funciones, la atención ahora abarca todo el campo,  no es particularmente dispersa como la persona demostrativa, sino que está al servicio de detectar todo lo que ocurre para ponerse a salvo. Pueden tener dificultad para percibir adecuadamente el tiempo y el espacio, como si tuvieran cierto nivel de obnubilación de la conciencia. A veces demoran en responder, porque no pueden situar con precisión la pregunta dentro de su mundo de temores. Pueden tener a veces una percepción global de cambios que no pueden precisar. En esto son diferentes de los suspicaces , que tienen la atención focalizada en el encuentro de claves y que pueden perder la visión de la totalidad. Debe tenerse presente que pueden aparentar salidas psicóticas que son en realidad conductas contrafóbicas equiparables a lo que podría entenderse en estrategia militar, como que la mejor defensa es el ataque. Se trata de una huida hacia adelante para terminar con ese objeto fobígeno que se  ha hecho demasiado próximo y se confunde con el interno que hay que desconocer.
4.4. Mecanismos de defensa: Represión, desplazamiento, proyección,
4.5. Comentarios sobre los determinantes históricos. Una primera reflexión es tener en cuenta que padres temerosos que ven peligros en todas partes y no permiten al niño que estructure un defensor interno estable,  es probable que determinen en sus hijos estados de alerta, temor y huida. Siguiendo el modelo analítico, recordemos que Freud llama histeria de angustia a la neurosis fóbica, que sería la forma patológica de estas personalidades entre las que tienen conflictos edípicos y dificultades en la primera etapa de fijación de los cuadros de histeria de conversión, que serían la patología de las personas demostrativas.
Podemos así suponer en estas personalidades particularidades en la elaboración del conflicto edípico.
4.6. Estilo complementario. Es indispensable tener presente que los temores de estas personalidades pueden desarrollarse con mucha frecuencia con respecto a las enfermedades. Son sugestionables y pueden colocar en el cuerpo propio el objeto externo que necesitan para librarse del objeto interno perseguidor. Así, una dolencia que pudo ser insinuada por el médico, planteada como una posibilidad o un "principio de.....", se organiza emocionalmente como una enfermedad concreta. Se focaliza así en algún órgano que se toma como responsable de las dificultades. El entrevistador debe conseguir que se sientan confiados,  más que con las palabras, con una actitud francamente protectora. El peligro es que, como ya se dijo, implementen un tipo de seducción al que el personal de salud es muy sensible, ya que se dirigen particularmente a los aspectos reparatorios que están presentes en las motivaciones vocacionales. Estamos, o deberíamos estar,  en una actitud permanente de ayudar al otro. Cuando estos pacientes nos ofrecen sus aspectos desvalidos,  nos dan el calce justo para que nuestra necesidad de reparar se satisfaga.
4.7. Personajes. Mosieur Hulot ( filme de Jacques Tati).
4.8. Ocupaciones. En tareas en las que hay que ser muy cuidadoso porque los errores significan algún peligro, sus temores hacen que sean muy eficientes. Sin embargo, debe tenerse presente que un error propio o ajeno que provoque un daño puede determinar descompensaciones serias. Por ejemplo, un obrero de una fábrica de pirotecnia, asiste a la muerte de un compañero que se produce por el error de un tercero; aun así la reacción catastrófica ante la muerte, la culpa y la vivencia de desvalimiento produjeron una descompensación psicótica que se expresó a través de un aislamiento absoluto y un encierro en su casa, con limitaciones serias en los movimientos corporales.
4.9. Tipos de patología orgánica. Las actitudes equivocadas del personal de salud pueden, como ya se dijo,  fijar un temor en alguna patología y condenar a estos pacientes a una búsqueda de alguien que encuentre la evidencia. Pueden aparecer como hipocondríacos.




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