lunes, 29 de diciembre de 2014

.7. PERSONA DE ACCIÓN

7.1. Aspecto. Entran al consultorio haciendo notar su presencia. En esto son parecidas a las personas demostrativas. La diferencia está dada porque las últimas gesticulan y actúan al servicio de producir un impacto estético y conseguir atención del interlocutor a quien necesitan para que les proporcione afecto, dedicación, en suma lo necesitan como persona total. La persona de acción tiende a la utilización del otro como objeto, como fuente de gratificaciones que busca en aspectos parciales, en posibilidades o riquezas del interlocutor a quien no da la categoría de persona. Su actitud ante el personal de salud, aunque se sienta enferma, causa sorpresa porque intenta permanentemente cambiar el vector de la entrevista. En vez de pedir ayuda, la exige con arrogancia. En este aspecto, la diferencia con la persona de ánimo variable es que esta última se queja desdeñosamente; la persona de acción obliga con gestos manifiesto de amo.
El entrevistador se siente entrevistado por los comentarios y las preguntas que estas personas hacen a veces sobre los asuntos por los que él mismo tendría que ser interrogado. Acorde con la denominación que han recibido, tienen gestos y actitudes corporales y tonos de voz que ocupan un lugar más relevante que las palabras, que expresan los pensamientos o emociones. Son arrogantes y descalificadores.
7.2. Reacciones posibles del personal de salud. La reacción más notoria es la sensación de ser sacado del lugar en que se supone está el entrevistador. Es fundamental ganar esta primer batalla rasgos del entrevistado, que sabotean los pedidos de ayuda, y reinstalarse en el rol. Es útil replantear la diferencia de roles para que los aspectos necesitados de estos "niños" arrogantes puedan aparecer . Ejemplos de uno de estos comienzos puede ser: Paciente: "¿Cómo está doctor? parece que tiene frío, no? ¿se estará por resfriar?" Médico:"Bueno, será mejor que hablemos de usted y sus posibilidades de enfermarse o de curarse".
7.3. Características generales. Lenguaje. Conductas. Función psíquica. Un rasgo importante de estas personas es la inmediatez de las respuestas. Se las ve en la situación de quien no puede quedarse ni un momento en el remanso de la reflexión, del pensamiento. Saltan por encima de las circunstancias como sin poder pensar. Resulta útil, para entender estas características, pensar en el niño recién nacido y en cómo enfrenta en su desvalimiento las circunstancias que lo rodean. No tiene capacidad de espera, no tiene inhibiciones, no tiene sentimientos de culpa, está regido por impulsos y necesidades que deben satisfacerse de inmediato, no aprende de la experiencia. Por ejemplo, podríamos decir que no recuerda que recibe alimentos en plazos determinados y llora ante la primera molestia producida por el hambre. Esta descripción absurda referida al bebé es la que puede aplicarse, con la exageración consiguiente, a la persona de acción.
Tiene dificultades para identificarse con el otro, para considerarlo como un semejante. No puede pensar en la necesidades del otro, sólo en la satisfacción inmediata de las propias. Por esto es que intentan hacer actuar al otro, a quien tratan como un objeto.
Su noción del tiempo es más próxima a la concepción del primitivo, sin continuidad, en bloques separados. Así es como sus conductas pueden aparecer sin coherencia, regidas por impulsos, sintónicas con el yo. Esta es la diferencia importante con las personas lógicas, quienes pueden actuar compulsivamente si logran salir de la duda, pero mantienen la coherencia lógica que los caracteriza. En las personas de acción, la necesidad de inmediatez se opone a la concentración. Tienen conductas que aparecen como amorales, asociales, sin sistemas de valores, ancladas en la inmediatez de un beneficio que puede no tener futuro.
Tienen fallas en los procesos de simbolización que explican la dificultad que ya hemos mencionado para desarrollar el proceso de pensamiento. La actividad de pensar, desarrollada en el tiempo, surge de un cierto monto de frustraciones que son metabolizadas por el aparato pensante para comenzar la elaboración de conflictos. La falta de tolerancia a la frustración, que es muy intensa en estas personalidades, las lleva a saltear esta etapa y a intentar una salida a través de la acción.
Tomando el modelo de la segunda tópica freudiana, se puede decir que tienen un superyó muy frágil e inestable, como si un primitivo odio a los padres se trasladara a las relaciones que establecen con la sociedad.
7.4. Mecanismos de defensa: proyección, disociación, identificación proyectiva.
7.5. Comentarios sobre determinantes históricos. En la historia de estos pacientes encontramos habitualmente padres rechazantes que no han establecido relaciones de amor con ellos. El niño internaliza los valores de los padres por amor; si éste falla, no hay verdadera internalización de las pautas.
En general, sus madres han tenido una pobre comprensión del niño a quien no han ayudado a traducir sus conductas en palabras. Esto ha dificultado el proceso de simbolización . No categorizan lo que el niño expresa con palabras y fomentan la expresión a través de las acciones.
Estas personas se mantienen, en muchos aspectos, como niños anclados en la pulsión de dominio (Freud), que lleva a una necesidad de manipulación. Esta pulsión se efectiviza a través de acciones corporales y también de otras áreas de expresión.
7.6. Estilo complementario. El tipo de seducción que ejercitan produce habitualmente rechazo ya que intentan descolocar al entrevistador.
Pueden, a veces, desplegar actitudes similares a las de las personas demostrativas, pero son más difíciles de manejar. Es importante mantenerse firme y marcar el rol del personal de salud, tratando de hacerse cargo de los aspectos de niño desvalido, a veces muy difíciles de descubrir detrás de la arrogancia y la utilización que hacen de los otros.
7.7. Personajes. Los ejemplos más claros corresponden a situaciones claramente patológicas: Fyodor Karamazov (Los hermanos Karamazov), de Dostoievski, Wiliam  Cook (Billy the Kid).
7.10. Sinonimia. Psicopatías, sociopatías, manía sin delirio, demencia moral (insaity), demencia semántica, perversión moral, criminal nato, inferioridad psicopática, perversión moral, criminal nato. Es evidente la connotación de daño social en todas las denominaciones.

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