jueves, 7 de abril de 2016

"LA PRIMERA PIEDRA"... LA PRÁCTICA DE LA ACCIÓN COMPASIVA

La práctica de la acción compasiva es uno de los desafíos más grandes de la naturaleza humana. Muchas personas confunden el término con el hecho de "justificar" las acciones del otro.
En realidad, ser compasivo significa comprender a través del amor, sin juzgar, despegarse de prejuicios, sin hacer suposiciones y ponerte en la piel de la otra persona. Comprender desde qué lugar el otro actúa, qué situaciones en su entorno o en su vida lo inducen a desenvolverse de tal o cual forma.
Por supuesto, esos niveles de compasión no deben atentar contra el propio bienestar,
ser compasivo no implica "permitir a alguien que nos lastime", al contrario, ya que también es muy relevante la práctica del amor por uno mismo. Siempre hay que ayudar al otro a que pueda resolver su conflicto pero con el sumo cuidado de no quebrantar la paz interior ni quedar impregnado en el dolor.
Practicar la verdadera compasión es sumamente complejo y lleva un in tenso trabajo de elaboración interior llevar a vislumbrar las razones de alguien sin hacer juicios de valor, incluso cuando se trata de comprendernos a nosotros mismos y practicar también en nosotros el perdón.
Solo quien asume no estar en condiciones de "arrojar la primera piedra"por no estar "libre de pecado" puede practicar honestamente la "acción compasiva".
Nunca los deseos de venganza,odio, rencor son buenos para el alma. Esos sentimientos solo producen un encadenamiento que le genera al corazón un constante ida y vuelta por  efecto de reacción a la acción producida.
El amor verdadero atraviesa las barreras del Ego y la autoestima no se basa en la aprobación que a uno  le den los demás, en los elogios, ni en los halagos sino en la auténtica aceptación de uno mismo, y de los otros, reconociendo la naturaleza de imperfección de la naturaleza humana.

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