jueves, 12 de septiembre de 2013

Los diez estados de la vida y el logro de la Budeidad en esta existencia

El principio de los diez estados, forma parte de la base de la filosofía del budismo de Nichiren Daishonin . Este principio esclarece los diversos estados o condiciones en que nuestra vida puede manifestarse en cualquier momento.
Ellos son: infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad , éxtasis,  aprendizaje, comprensión intuitiva, bodisattva y Buda. Esta teoría describe las sensaciones subjetivas que experimenta el yo en el nivel más fundamental. Hace mucho tiempo, se creía que los estados eran lugares físicamente separados en los cuales renacían los seres, y que ese lugar particular estaba determinado por la naturaleza de los efectos kármicos acumulados por el individuo .
Sin embargo, en el budismo de Nichiren,  los diez estados no son vistos como ámbitos físicos, sino como estados de vida inherentes a cada ser humano.
Los primeros seis estados, que van desde el infierno hasta el éxtasis , se denominan colectivamente "seis senderos" o" seis estados inferiores". Todos ellos tienen una cosa en común: surgen y se activan mediante la satisfacción o la frustración de diversos impulsos y deseos. Su aparición o desaparición es gobernada, esencialmente, por las circunstancias externas. La mayoría de las personas pasan la vida fluctuando entre estas seis condiciones sin jamás comprender que están a merced de sus reacciones frente a los estímulos del ambiente. Cualquier clase de satisfacción o de placer que brinden estos estados es precaria  y poco duradera. Cuando vivimos en el mundo de los seis estados inferiores, no nos damos cuenta de esta precariedad y basamos nuestra dicha -o, mejor dicho, toda nuestra identidad - en factores externos , mundo en el cual no podemos transformar nuestro ser.
Cuando reconocemos que todo lo que se experimenta en los seis estados más bajos es transitorio, comenzamos a buscar una verdad duradera. Esta búsqueda nos lleva a los dos estados siguientes, el de aprendizaje y el de la comprensión intuitiva. Junto con el noveno estado, de bodisattva , y con el décimo estado, de Budeidad, forman los "cuatro estados nobles". A diferencia de los otros seis, caracterizados por el apego a los deseos egocéntricos , estos cuatro estados más elevados sólo se despliegan y se activan mediante el esfuerzo sostenido.
1. INFIERNO
En primer lugar , está el estado de infierno. Proviene del término sánscrito naraka , que literalmente significa "prisión subterránea". En japonés contemporáneo existe una expresión , naraku, que significa "caer en el abismo " y reconoce este mismo origen . El equivalente japonés que denota el estado de infierno está formado por dos ideogramas, que significan "tierra y prisión". La tierra alude al lugar más bajo; prisión , a un estado de inmovilidad con grilletes .
El infierno es el estado de mayor sufrimiento , en que el individuo se siente atado de pies y manos a su angustia y dolor. Aunque tiene diversos grados , en líneas generales se caracteriza porque el hecho de vivir es doloroso de por sí. Todo lo que uno ve acentúa su desdicha. Las personas en este estado tienen una fuerza vital extremadamente débil.
Nichiren Daishonin escribió. "la furia es el estado de infierno". La furia y la violencia se convierten en diferentes fuentes de autodestrucción. Aquellas personas que sufren debido a la discordia familiar , a la enfermedad o a los celos devoradores ;como los que viven con  el corazón  agitado por la violencia ante cada cosa que motive su sufrimiento no pueden reconocer que la causa real de su angustia yace en su propia vida. Algunas personas dirigen esta furia contra sí mismas, ante su incapacidad de resolver ese sufrimiento que las consume. Podríamos decir que esta violencia impotente es el gemido desesperado de una vida que ha cerrado todas las rutas posibles.

2. HAMBRE
El hambre es un estado gobernado por el apetito insaciable de comida, dinero, placer, poder, reconocimiento y fama. La vida, en esta condición , nunca se siente satisfecha de verdad. Nichiren explicó que el estado de hambre se caracteriza por la codicia. Los que viven en él son esclavos de sus deseos; esto les impide sentir libertad interior y les produce sufrimiento.
Los deseos del ser humano son ilimitados. Existe el deseo fundamental de vivir, el deseo instintivo de comer, el afán materialista de tener posesiones , el ansia psicológica de llamar la atención... No podemos vivir sin deseos. En muchos casos, ellos son la energía que nos permite avanzar en pos de la autosuperación . Por eso se dice que "este camino está conectado con otros y conduce tanto al bien como al mal".
Por lo tanto, la cuestión es cómo usamos los deseos. Los que viven en estado de hambre no los emplean para crear valor, tiranizados de aquí y de allá por sus ansias, sufren y hacen daño a los demás.
3. ANIMALIDAD
En tercer lugar, está el estado de animalidad, o estado de los animales, en el cual predomina el instinto. Las personas en esta condición subjetiva, gobernadas por la ley de la selva, temen a los poderosos y desprecian a los débiles , de los cuales se aprovechan . Carecen de razón , moral o sabiduría con las cuales controlarse a sí mismas ; por tal motivo, sus circunstancias inmediatas los dominan de tal manera , que pierden de vista los principios que subyacen a todas las cosas .
Nichiren explicó que el estado de animalidad se caracteriza por la estupidez.
Cuando los hombres no tienen un sólido parámetro para juzgar el bien y el mal , cuando carecen de una firme base ética o moral, actúan instintivamente y sin pudor . Podrñiamos decir que los que están en este estado, siendo humanos, han perdido su humanidad.
Los estados de infierno, hambre y animalidad , colectivamente , son conocidos como "los tres malos caminos".
4. IRA
El nombre del cuarto estado en japonés, shura, deriva deriva del término sánscrito asura. En la antigua India, los asuras originalmente representaban una clase de deidades benevolentes . Pero en la mitología posterior, terminaron denotando un tipo de demonios beligerantes, que luchan sin tregua contra las deidades.
El estado de ira se caracteriza por la perversidad y por una inclinación aduladora y retorcida, como la del que esconde sus verdaderos sentimientos y hace alarde de una falsa lealtad. Este estado, dominado por el yo inferior, a veces se llama" mundo de la animosidad", porque se caracteriza por una agresividad persistente , aunque no necesariamente abierta. Las personas en estado de ira, compelidas por la necesidad de ser superior a otros, fingen educación y hasta adulan a los demás , mientras que, interiormente, los desprecian.
La ira es , fundamentalmente, un estado de vida arrogante. Los hombres, en esta condición predominante , se apegan a la ilusión de que son mejores que los demás, y vuelcan toda su energía en sostener y fortalecer esta imagen. Para que otros también vean esta fachada encantadora, jamás revelan sus verdaderos sentimientos .
Aunque actúan con , la fuerza que los impulsa es el deseo devorador de superar a todos. Y  como sus íntimos sentimientos no se condicen con su apariencia exterior, no se expresan honestamente.
Es una conducta más compleja que la de las personas en estado de infierno, hambre o animalidad. Por fuera, las personas en estado de ira se conducen como seres virtuosos y benevolentes, justos, decorosos, sabios y leales; intentan convencer a los demás de que estas son sus cualidades verdaderas. Hasta terminan creyendo en su propia virtud y se engañan pensando que son mejores que otros a causa de su "gran humildad"
El budismo enseña que nada importa tanto como el corazón. Dos personas podrán hacer un esfuerzo semejante, pero si una tiene motivaciones puramente egoístas y la otra actúa en pos de valores que trascienden el yo -el bien , la belleza o el bienestar de sus semejantes - el resultado será muy distinto.
Los estados de infierno, hambre,  animalidad e ira  se llaman , colectivamente, los"cuatro malos caminos".
¿ Cómo se revierte la tendencia a la ira? Este es el punto de despegue para internarnos en el quinto estado, el de humanidad o el de los seres humanos. En última instancia, cuando aprendemos a canalizar en nuestra autodisciplina esa energía que antes poníamos en dominar a los demás, entramos en estado de humanidad.

5. HUMANIDAD
En el estado de humanidad, nos esforzamos por controlar nuestros deseos e impulsos mediante la razón.
Aspiramos a un estado de vida más elevado, conscientes de que no basta con haber nacido como hombres , sino que la humanidad es una adquisición relacionada con el esfuerzo en pos de actuar en armonía con el medio circundante y con el resto de las personas.
Estrictamente hablando, el estado de humanidad es el primer paso para arribar al dominio de yo, cuya culminación se logra en los estados de bodisattva (noveno) y de Budeidad (décimo). En sánscrito, al ser humano se lo define con el término manusya, que significa "ser pensante·". En consecuencia , el intelecto es la condición clave del estado de humanidad. Sin compararse con los demás, las personas en esta condición subjetiva siguen su propio camino.
Desde el punto de vista de la doctrina de los diez estados, el de humanidad se encuentra en el medio, apenas por encima de los cuatro malos caminos. Nichiren nos dice, reiteradamente, que ya que hemos tenido la extraordinaria fortuna de nacer como seres humanos , debmos tratar de consolidar un estado más elevado aún.
En el budismo, al cuerpo humano se lo llama "la vasija correcta de los caminos nobles"; es el vehículo de la ley para llevar a cabo la práctica budista. Cuando llenamos esa vasija con la gran vida de la Budeidad, comprendemos el significado real de haber nacido como seres humanos.

6. ÉXTASIS
El sexto estado es el de éxtasis, caracterizado por la intensa dicha o satisfacción que uno experimenta cuando, por ejemplo, obtiene algo material, físico o espiritual que ha deseado largamente, o cuando por fin concluye un prolongado sufrimiento. Aunque intenso, el júbilo de este estado es fugaz y extremadamente vulnerable a las influencias externas.
La alegría del éxtasis es efímera como un sueño o un espejismo. Una vida en pos de ilusiones es, también, una ilusión. El propósito de esta práctica budista es establecer un estado de felicidad eternamente indestructible ; no una dicha fugaz que perezca como una flor, sino un palacio interior de  satisfacción profunda que perdure a través del tiempo. Este palacio de diamantes, es una torre de tesoros que se remonta a magníficas alturas, se construye mediante la fe y la práctica.
7. APRENDIZAJE
En el séptimo estado, de aprendizaje, tomamos conciencia de la transitoriedad de las cosas y de la inestabilidad que caracteriza a los seis caminos. Nos dedicamos a la transformación y al desarrollo personal, aprendiendo de las ideas de otras personas, y recurriendo a los conocimientos y experiencias ajenos. Suele decirse que este estado es el de los que "escuchan la voz", término que se aplicaba , originalmente a los discípulos que escuchaban predicar al buda Sakyamuni en persona sobre las cuatro nobles verdades y que practicaban los ocho caminos para emanciparse de los deseos mundanos .

 CUANDO CONOCEMOS QUE TODO LO QUE SE EXPERIMENTA EN LOS SEIS ESTADOS MÁS BAJOS ES TRANSITORIO , COMENZAMOS A BUSCAR UNA VERDAD DURADERA.
8. COMPRENSIÓN INTUITIVA 
El octavo estado, de comprensión intuitiva , también es el de "los que tomaban conciencia de la causa". Es la condición típica de las personas que arriban a la comprensión de verdades budistas en forma independiente. Es un estado semejante al de aprendizaje, con la salvedad de que las personas no buscan la verdad mediante las enseñanzas de otros, sino a través de su percepción directa .
Juntos, los estados de aprendizaje y de comprensión intuitiva se denominan "dos vehículos".
Las personas que viven en estos estados, habiendo comprendido la transitoriedad de todas las cosas, logran independizarse del apego al pasado y sus nociones prefijadas. Ya no son funciones pasivas de su entorno, sino que buscan su autosuperación.
Están dispuestas a enfrentar de lleno la realidad de la muerte y a buscar lo eterno, a diferencia de las personas en estado de éxtasis, que eluden y esquivan las facetas duras de la realidad. Pero, como aspecto negativo, las personas en los dos vehículos se inclinan más hacia el autoperfeccionamiento que hacia el altruismo.
DADO A  MI FALTA DE TIEMPO; CONTINUARÉ CON LOS SIGUIENTES DOS ESTADOS MÁS ELEVADOS PRÓXIMAMENTE. DETERMINEN LA VICTORIA!

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