sábado, 12 de mayo de 2012

Del suelo al cielo- del cielo al suelo

Estos días no he estado de ánimo para escribir; aferrada al budismo me sostengo, con mi daimoku y, ayer, mis compañeras de SGI me dieron una carga de energía, ya con el hecho de reunirnos y unimos vibraciones , cuando cantamos en grupo es increíble el cobijo de amor del Gohonzon; realicé mi práctica de noche muy tarde, con la fe y el corazón puro y he despertado con mucha alegría y determinación.
Esta vez  voy a publicar tres blogs al mismo tiempo.




 EL DAI GOHONZON:
el 12 de octubre de 1279 Nichiren Daishonin inscribió el Dai Gohonzon, literalmente dai significa grande, go un prefijo honorífico y honzon objeto de respeto  fundamental. En la parte central están escritos ( en sánscrito y japonés) los caracteres" Nam-Myoho- rengue- kyo" Nichiren," significa la fusión perfecta de la Ley Mística Nam-Myohoho- Rengue- Kyo) y la persona(N. Daishonin). A la derecha es izquierda de esta inscripción central están los caracteres representativos de los distintos aspectos de la vida del buda. En el Gohonzon Nichiren representó  su iluminación  o budeidad gráficamente, la cual es la condición vital iluminada del universo. La misma capacidad para la iluminación existe dentro de cada uno de nosotros y cuando fusionamos nuestras vidas con el gohonzon al entonar nam- myoho- rengue kyo, hacemos conexión con esa condición  vital iluminada, nuestra propia budeidad. Por esa razón es que Daishonin refiere al gohonzon como un espejo de nuestro yo interior. Es una manera de  mirar  nuestro interior y empezar a modificar aquello que no nos gusta y fortalecer lo que sí nos gusta. Tenemos el potencial de muchas condiciones de vida que aparecen cuando entramos en contacto con estímulos externos. El estado de buda o iluminación es un potencial adormecido dentro de las personas, pero sin la conexión adecuada entre la vida y el medio ambiente, la persona no puede emerger; la causa externa que hace que emerja esa naturaleza no es otra cosa que el gohonzon. En cierto modo puede compararse con un mapa que indica la ubicación del supremo tesoro de la vida y el universo- la Ley Mística Nam- Myoho- Rengue Kyo. Este mapa nos  revela que el tesoro puede ser encontrado  dentro de nosotros, aquellos que consiguen comprender el mapa, descubren que no es un simple pedazo de papel, sino un objeto valioso, un tesoro, la condición y el potencial supremo de la propia vida, para aquellos que no consiguen comprender, el mapa se reduce a un mero pergamino.
 Nunca busque este gohonzon en otro lugar, el mismo se encuentra en el corazón de las personas comunes que abrazan el sutra del loto. Esta comprensión es lo que el budismo llama iluminación. Comprender el poder benéfico del gohonzon sería inútil. el único modo de percibir su grandeza es activandonuestra fe y práctica para activar el estado del buda y la Ley del gohonzon que se mantienen en un estado potencial.
 Lograr la budeidad en esta existencia reulta imposible. Entonces cuando entone la Ley Mi´stica y recite el sutra del loto, tiene que sentir la profunda convicción  de que Nam- myhoho- rengue- kyo es su propia vida.




   

Le confío un Gohonzon para la protección de su pequeño retoño. Este Gohonzon es la esencia  del Sutra del loto  y es el ojo de todas las escrituras. Es como el sol y la luna en el firmamento, como un soberano en la tierra, como el corazón en el cuerpo humano, como una joya que concede los deseos frente a todos los demás tesoros, y como el pilar que sostiene una casa.
 Cuando poseemos este mandala, invariablemente todos los budas y las deidades se reúnen  nuestro alrededor y velan por nosotros, protegíendonos día y noche como si fueran nuestra sombra,así como los guerreros custodian a su gobernante, como los padres aman a sus hijos, como los peces dependen del agua en que nadan, como los árboles y la hierva, ansían la lluvia y como las aves buscan el abrigo de los árboles. Confíe en ello, de todo corazón.
 Esta carta fue escrita por Nichiren Daishonin cuando se encontraba en Minobu el octavo mes d el primer año de Kenji (1275), y dirijida a la monja laica Myho-yin, una creyente que vivía en  Nishiyama, distrito de Fuji, provincia de Suruga.
Quienes entonan Nam-Myoho- Rengue Kyo no necesariamente deben recibir el Gohonzon, de hecho, hay mucha gente en SGI que no lo tienen en sus casas, por diferentes razones; pero si se tiene constancia en la práctica con fe y determinación  y el corazón sincero, abraza el mismo en la fe , ya que se trata de nuestro interior y nada más, por eso, se cuenta con la misma protección que obteniendo el mandala, si se pierde ésta constancia, nuestro estado de vida vuelve a bajar y quedamos desprotegidos. 

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