domingo, 25 de enero de 2015

LA SIMPATÍA

Siento que es hora de retomar esta obra con lo que Karol Wojtyla nos ha proporcionado, y que es mucho más rico en verdad... sólo que no se ha dado a trascender todo. Ahora tenemos a nuestro Francisco y me gustaría que todos fueran más franciscanos, acercándose al mensaje de San Francisco en verdad... Por favor, no se hable del santo así porque sí.. porque  el papa es franciscano, lleven su ejemplo en sus vidas. Una de las facetas de este Camino de Amor es LA SIMPATÍA:
El papa nos dijo:
4.1 La simpatía designa, en primer lugar, lo que "sucede" ; entre las personas en el campo de su vida afectiva, aquello por lo que las experiencias emotivo-afectivas vienen a unir a las personas. Aquí hay que dejar bien claro que lo que les "sucede", lo que les "ocurre"  no es por obra de ellas, no es el fruto de actos voluntarios. La simpatía deriva más bien de lo que se 'padece' antes de lo que se hace; con frecuencia las personas la sienten de una forma que les resulta incomprensible, y su voluntad se ve arrastrada al ámbito de unas emociones y de unos sentimientos que acercan a dos personas independientemente del hecho de que una de ellas haya elegido conscientemente a la otra como objeto de su amor.
4.2 Cuando una persona me cae simpática, significa que en el campo de mi esfera afectiva se encuentra en las condiciones de un "objeto"; que provoca una resonancia  afectiva positiva, y esta resonancia supone un aumento del valor de esa persona en particular. Esto, que nace con la simpatía, también puede desaparecer con ella, porque depende de la actitud afectiva que yo haya adoptado hacia la persona que era objeto de esa simpatía.
4.3 El amor en su conjunto no se limita a la simpatía, así como la vida interior de la persona no se reduce a las emociones ni a los sentimientos, que no son sino elementos de la misma. Un elemento más profundo y mucho más esencial es la voluntad, destinada a modelar el amor en el hombre y entre los hombres.
4.4 La simpatía es un amor puramente afectivo, en el que la decisión voluntaria y la elección todavía no han entrado en juego.
4.5 La simpatía introduce a una persona en la órbita de otra persona en calidad de ser cercano, hace que uno "sienta" su personalidad total, viva en su esfera, volviéndola a encontrar en la propia. Precisamente gracias a esto la simpatía representa una señal de amor empírico y verificable , tan importante en las relaciones entre el hombre y la mujer. Gracias a la simpatía ambos sienten su amor recíproco, mientras que sin ella se desvían y se encuentran en un vacío igual de sensible.
4.6 La simpatía no es más que una señal, nunca es una relación perfecta entre las personas.
4.7 Se trata de completar el sentimiento de simpatía que determina la actitud hacia una determinada persona y sus valores mediante su conocimiento objetivo y convencido.En su empeño activo, la voluntad no puede partir de otra base.

                           V

                    LA AMISTAD
5.1 Hay que completar la amistad con la simpatía; privada de simpatía, la amistad sería algo frío y poco comunicativo. Este proceso es posible por el hecho de que, aunque nace en el hombre de forma espontánea y se manifiesta en él de manera irracional, la simpatía siente la atracción de la amistad, manifiesta la tendencia a convertirse en amistad.
5.2 Desde el punto de vista de la educación al amor, se impone la siguiente exigencia: es necesario transformar la simpatía en amistad, y completar la amistad con la simpatía.
5.3 El contenido y la estructura de la amistad podrían expresarse con la siguiente fórmula:; yo te quiero como me quiero a mí mismo; Como podemos notar, en ella se manifiestan la benevolencia (" yo te quiero") y el desdoblamiento del sujeto, del "yo." Mi " yo"; y el tuyo constituyen conjuntamente una unidad moral, porque la voluntad es igual de benévola hacia ambos. Forzosamente, tu "yo" se transforma, pues, en el mío, y conduce la misma vida. Así se explica la palabra  "amistad". El desdoblamiento del "yo"; pone de manifiesto la unión de las personas que se realiza a través de la amistad.
5.4 El mandamiento del amor establece también la medida adecuada para las obligaciones y las exigencias que los hombres (personas y comunidades) deben asumir para que todo el bien que hay en la actuación y en la existencia junto con los demás pueda realizarse verdaderamente.
5.5 En la amistad es la propia voluntad la que se compromete. Por eso la amistad se apodera realmente de la totalidad del hombre: representa su obra, implica la elección de la persona, del otro "yo" ; hacia el que nos orientamos. En la simpatía todo esto aún no se ha realizado plenamente. De aquí la fuerza objetiva de la amistad.
5.6 Tenemos que aceptar que el amor se entrelaza con el destino.
Si el destino no rompe el amor será una victoria del hombre.
Pero nada más que esto, nada que vaya más allá.
Estos son los límites humanos.
5.7 El término "amiga" (en el Cantar de los Cantares ndr) indica aquello que siempre es esencial para el amor, aquello que pone al segundo "yo"; junto a nuestro propio "yo". La "amistad" -el amor de amistad (amor amiciatiae)- significa en el Cantar un especial acercamiento femenino "yo" ; de la esposa, acercamiento sentido y experimentado como una fuerza interiormente unificadora.
5.8 Hoy he vuelto a detenerme ante el escaparate del orfebre,
en él leía los capítulos sucesivos de nuestra extraña historia.
Ese anciano tenía en su mirada el nivelador de nuestra nueva vida.
Nuestros corazones servían de plomada. (La plomada se encontraba con el nivelador en el punto exacto.)
5.9 Andrés me ha elegido y ha pedido mi mano.
Ha ocurrido esta tarde, entre las cinco y las seis.
No recuerdo exactamente, no se me ha ocurrido mirar el reloj ni consultar la hora en la torre del viejo Ayuntamiento.
En momentos como esos uno no se preocupa de la hora, son momentos que superan al tiempo dentro de nosotros.
Pero aunque me hubiera acordado de mirar a la torre no habría podido hacerlo, porque habría tenido que levantar la mirada por encima de la cabeza de Andrés.
Íbamos bordeando la plaza por la derecha cuando Andrés se volvió hacia mí y dijo:
-¿Quieres ser la compañera de mi vida?
Eso fue exactamente lo que dijo. No me preguntó:
quieres ser mi mujer, sino: la compañera de mi vida.
Así que lo que quería estaba bien meditado.
Lo dijo mirando a lo lejos, como si tuviera miedo de leer mis ojos y a la vez como si quisiera insinuar que ante nosotros había un camino, un camino sin fin que estaba ahí, por lo menos tenía que estarlo si yo contestaba que sí.
5.10 El Espíritu Santo es difuso, pero para ser verdaderamente difuso, para transformar en esta difusión gratuita a nuestro "yo", a nuestros corazones, debe encontrarse en nosotros. ¿Cómo, si falta la oración?
Entonces todo amor verdadero madura en la oración, se vuelve más profundo, más serio, más completo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario