jueves, 27 de febrero de 2014

La familia nuclear

¡Mi querida INÉS!! hermana del Alma y de la Vida, una vez más es nuestra Guía Intelectual; ella siempre me aporta las fuentes clave para que cada uno de ustedes reciba lo que necesita. ¡ Madre Divina! cómo extraño a mi hermana y su familia.. ¡ hola, muchacha española! jaja ; bueno ella me dió el nombre de una escritora -que: 'va a ayudar a mucha gente,' -dijo, pero aún no voy a revelar su nombre porque la gente que lee la bibliografía que publico después sucede que se aburre al volver a leer todo repetido, entonces, voy a ir emitiendo los artículos más contundentes y luego les digo el nombre así compran sus libros, si es que les ayuda. Espero que sí. Últimamente me encuentro con gente que vive muchos conflictos, sea porque su familia está conformada pero no hay unidad ni armonía, y también he hallado parejas recién formadas o en proceso,  ahí, proyectando.. les sugiero que lean lo siguiente pero que lo disciernan ustedes mismos a ver de qué se trata y cómo lo pueden aplicar, pero aplíquenlo en la vida y PIENSEN BIEN antes de consolidar la pareja y compartir sus vidas; tengan en cuenta las pautas anteriores para vivir un amor; química ,compatibilidad. Sepan que una relación es ganar- ganar, si es ganar- perder, entonces es tóxica. Procuren ser felices juntos, o individualmente. Entonces, revisen que su vínculo no esté basado en el apego, la posesión, o el egoísmo.

        LA FAMILIA NUCLEAR
Los individuos nos emparejamos porque sentimos una fuerte atracción sexual por el otro. Cuando sucede, interpretamos que "eso" es amor. Y sobre la base de "ese" amor , armamos nuestros proyectos de familia. Luego, más tarde, nacen los hijos .
Entonces los padres desviamos hacia ellos, toda nuestra capacidad dadora. En ese momento aparecen nuestras limitaciones y la poca costumbre que tenemos de estar al servicio del otro. Por eso exigimos a nuestro partenaire que nos resuelva los problemas, y que sea alguien diferente de lo quien verdaderamente  es .
¿Qué hacer? En primer lugar, comprender que hemos formado una familia, pero que la familia en sí misma, no es garantía de amor ni de comprensión . La llegada de los hijos puede haber sido esperada. Pero si no hemos conversado honestamente sobre lo que cada uno puede ofrecer a favor del otro, la rutina puede ser muy dura de sobrellevar . Además, tendremos que sincerarnos y darnos cuenta que en nombre del amor, pretendemos sostener un sistema  familia donde deberíamos amarnos, pero en verdad, estamos agotados de rabia y desencanto. Respondemos a mandatos de lo que debería ser pero no es. Aumentamos las exigencias sobre nuestro/a partenaire suponiendo que una sola persona debería colmar la inmensidad de agujeros afectivos que arrastramos desde tiempos remotos. También creemos que los cuidados y la atención que los niños requieren , deberían ser cubiertas por nuestra pareja dentro de las modalidades que hemos fantaseado que son las correctas. En fin, todo esto es un  gran malentendido. Porque pretendemos sostener una familia en función de una ilusión colectiva, en lugar de preguntarnos -cada uno de nosotros- con quién queremos compartir la vida, bajo qué acuerdos, en función de qué expectativas, cómo queremos que circule el dinero o el intercambio sexual.
Hay muchísimas maneras posibles de vivir la vida.Y todas son buenas mientras estén alineadas con el corazón de  individuo, y en franco acuerdo con las expectativas del otro. Las dificultades aparecen cuando permanecemos encerrados en modalidades represivas, suponiendo que dentro de la familia tiene que circular toda la energía económica, sexual, afectiva- en lugar de ser honestos con nosotros mismos.
La familia nuclear: mamá, papá y niños como estructura cerrada, puede ser suficientemente buena para producir y acumular dinero. Pero no es tan favorable para el intercambio afectivo, sobre todo cuando se convierte en una prisión afectiva cargada de prohibiciones. La familia nuclear no es en sí misma buena o mala. Es una organización posible. Pero si no estamos satisfechos, si nos sentimos infelices o si algún miembro de la familia manifiesta su disconformidad, vale la pena revisar todos los acuerdos. No tiene por qué ser de una determinada manera.
¿Acaso hay que romper la familia? ¿divorciarse? ¿ irse? No. La familia es un campo de proyección. Todo lo que sucede, nos pertenece y hemos contribuido a que se manifieste. Por eso, la infelicidad o el sufrimiento nos permitirán revisar qué hemos construido , con qué nivel de madurez hemos , qué cuota de libertad asumimos y qué podemos hacer a partir de ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario