martes, 10 de abril de 2012

El enojo

Si hay una emoción que nos vulnera y suele hacer su trabajo sin que nos demos cuenta, es el mentado"-  enojo"- algo así como el mejor amigo de nuestro peor enemigo. Tan sutil es la función del enojo, que incluso cuando, muy a regañadientes, terminamos por identificarlo, la respuesta más común que tenemos es legitimarlo y adornarlo con justificaciones. No solo que nos enojamos, sino que amamos nuestro enojo, y nos resistimos a soltarlo.
A grandes rasgos, se suele hablar de enojo como sinónimo de ira. Pero aquí no nos referimos a la ira legítima, que es la que nos permite, por ejemplo, rebelarnos frente alas injusticias. En cambio, nos referimos a otra clase de enojo:  esa emoción oscura y destructiva  que bloquea nuestras respuestas adecuadas, nos vuelve susceptibles a la negatividad  y . nos hace poner" afuera" la causa de  nuestros sufrimientos. Si... tal como están pensando, se trata de un sentimiento de profunda inmadurez. Cuando nos enojamos, estamos siendo inmaduras.
 A veces, el enojo se disfraza sutilmente de "dolor". No estoy enojada(nos atajamos). Estoy dolida por toda la situación. Esta frase es tan común entre las mujeres. "heridas" nos parece más aceptable o más virtuoso que "enojadas". Pero atrás de ese sentimiento mortificado, el enojo hace estragos y nosotras sin verlo. Cuales la causa principal que nos lleva a ese estado? El foco ilusorio de pensar que lo que nos ocurre es culpa de los demás. En el instante que decidimos que nuestra desgracia tiene que ver con el otro, quedamos a merced de nuestra propia oscuridad  fundamental, que nos gobierna tiránicamente. Todos los pensamientos, palabras y acciones se ven teñidos por el rencor.
 Y hay todavía un enojo más peligroso que es el encubierto. Sea como fuere, encubierto o explícito la verdad es que el enojo inhibeen nosotras la capacidad de transformación y no deja aflorar la verdadera naturaleza de nuestra vida: la Budeidad (iluminación)
 El presidente Ikeda  afirma: aquellos que siempre se quejan de sus circunstancias, culpan a los demás de sus fracasos o permanentemente justifican sus derrotas, observan como el éxito  se les escapa de las manos. No tiene sentido culpar a otros de nuestras miserias. El cambio comienza en el momento en  que nos armamos de coraje para salir a actuar. Cuando cambiamos nosotros, cambia el medio ambiente. El poder de transformar la realidad no se encuentra en ningún otro lugar que en nuestra propia vida".
 Descartar estetipo de comportamiento implica sostener un esfuerzo  espiritual que es parte de lo que nos define como seres humanos. Ese esfuerzo es el primer paso para convertir algo tan estéril como el enojo en una emoción constructiva.
 Sólo cuando declaramos el" cese de fuego en nuestro interior somos capaces de descartar el enojo, el deseo de herir y la queja.
Otro puede describirme su tremento dolor de muelas, y yo puedo imaginarme su dolor.. pero no puedo sentirlo en carne viva. ¿ Por qué? porque la muela es suya, no es  mía. Sin embargo, cuando me muero de dolor de dientes, pienso que es por las caries, por la infección, por el conducto.. pero la primera causa por la  cual  me duele un diente es... porque es mío y me pertenece!
 Con el sufrimiento y con sus causas pasa algo semejante: si estoy sufriendo por algo, es que es mío. Si realmente eso no me perteneciera y estuviera afuera de mi no me dolería de una manera tan viva y real.
Allí donde nuestra ilusión busca poner afuera la causa del sufrimiento, debemos hacernos cargo de ella y comprender que solo puede operar porque está dentro. Entonces ,damos el primer paso necesario para realizar nuestra revolución humana.
 La verdadera entidad de todos los fenómenos de la vida( osea la Ley Mística), como nos diría el Buda se encuentra en mi corazón.

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