sábado, 26 de julio de 2014

DIOS HECHO HOMBRE: CONTINUACIÓN

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En Jesús, Dios se ha acercado a lo shombres y se ha identificado con sus problemas hasta  tal punto que a este hombre hay que llamarlo;Enmmanuel;, es decir, Dios -con - vosotros (Mt 1,23). Dios ahora es para nosotros Jesús. Sólo en Jesúsy desde Jesús se nos ofrece Dios como Salvador.
La comunidad cristiana ha sentido la necesidad e atribuir a Jesús diversos que, dentro de sus limitaciones tratan de recoger la fe de los creyentes. Recordaremos algunos: Jesús el único mediador entre Dios y los hombres ( 1 Tm 2,5). El es el único Salvador en el que podemos poner nuestras esperanzas (Hch 5, 31;4,23;4,12).Más aún, Jesús es confesado como Señor", con el mismo nombre que se le da a Dios entre los judíos de lengua griega . Jesús es el Señor, es decir el que vive ahora  resucitado realizando toda actividad salvadora que el pueblo atribuye a Dios
Quizás el título más significativo y el que irá adquiriendo una profundidad cada vez mayor es el de 'Hijo de Dios'. Por una parte, nos indica que Jesús es Hijo obediente y fiel al Padre. Pero, por otra parte es hijo de Dios, es decir,  alguien que tiene su origen no en sí mismo, sino en Dios, alguien que habla, actúa y existe no desde sí mismo sino desde su Padre.
La bús queda de nuevas fórmulas de fe en Jesucristo       
Al entrar en contacto con otras corrientes de pensamiento distintas al judaísmo y ante la aparición de diversas deformaciones o visiones incompletas de Cristo, los creyentes se vieron obligados a hacer un esfuerzo mayor para buscar nuevas fórmulas que recogieran adecuadamente su fe en Jesucristo. No es posible seguir aquí con detalle el camino muchas veces difícil y doloroso que tuvieron que recorrer.  Los grandes Concilios de Nicea ( 325),  Constantinopla ( 381),  Efeso ( 431) y Calcedonia ( 451) marcan los momentos más importantes de esta búsqueda.
Este último Concilio de Calcedonia fue la conclusión de todos los esfuerzos realizados en siglos anteriores y se ha convertido en un punto de partida que orienta toda la reflexión posterior de los creyentes: en Jesucristo no podemos suprimir ni su carácter plenamente humano ( semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado), ni su condición Divina ( verdadero Hijo e Dios nacido del Padre). Pero esto, lo debemos entender de tal manera que no destruyamos esa unión plena y perfecta que se da en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho Hombre por nuestra salvación. 
Naturalmente, este Concilio reflexiona sobre Cristo desde los problemas que se planteaban en esa época y habla sobre El con el lenguaje propio de aquella cultura. Sería una equivocación el limitarnos  a repetir monótonamente, por pereza o seguridad , aquellas fórmulas antiguas que quizás nos puden resultar  difíciles de aceptar en su verdadero significado. Pero, sería una equivocación mayor tratar de pensar nuestra fe en Cristo , prescindiendo del contenido que se encierra en la enseñanza de estos Concilios


2. EL GRAN GESTO DE DIOS: HACERSE HOMBRE
Nunca hubiéramos sospechado nosotros hasta qué extremos Dios ama al hombre y se preocupa por nosotros. Pero, en Cristo, ha sucedido algo que,  bien pensado, resulta desconcertante y solo puede explicarse por amor: Dios ha querido hacerse hombre, compartir nuestra propia vida y saber por experiencia propia qué es ser hombre y qué es vivir esta vida dura, dolorosa y difícil (1 Jn 4, 9. 16.
                         El acontecimiento decisivo de la Historia
En Jesús de Nazaret, Dios ha decidido  de una vez para siempre ser hombre, con todas sus.
 consecuencias.
Ya no hay un Dios cuya vida pueda transcurrir al margen de la humanidad, independiente de nuestra vida. Dios ya no es alguien que desconoce nuestra vida y no sabe ponerse en nuestro lugar'. Dios ha querido ser para siempre hombre con nosotros y para nosotros .
Esto quiere decir que el Creador no ha querido ser solamente fuente y origen de la vida creatural, ha querido, además, conocer personalmente cómo es la vida débil de la criatura.
En Jesucristo, Dios se ha acercado al mundo creatural de una manera única , insuperable, irrepetible. En Jesús, Dios vive y se hace presente de una manera tan total, tan inmediata y personal, que de este hombre no podemos  decir solamente  que es' imagen de Dios' como nosotros , en este caso tenemos tenemos que confesar que es 'Hijo de Dios', es decir, Jesús es Dios viviendo nuestra vida humana, Dios compartiendo nuestra existencia débil de criaturas.
Para nosotros, éste es el acontecimiento decisivo de toda la historia.No ha sucedido ni podrá suceder en el mundo nada más importante. Dios ha querido, de verdad, ser nuestro hermano, pertenecer a la especie humana Dios ha querido ser uno de los nuestros y ya  no puede dejar de amar y preocuparse por esta humanidad en la que ha encarnado y a la que El mismo pertenece.
                 
                                                      Semejante en todo a nosotros
Dios ha querido ser hombre con todas sus consecuencias y vivir nuestra experiencia humana hasta el fondo,  deteniéndose solo ante lo imposible. La Encarnación no ha sido un teatro bien montado ni un paseo de Dios por el mundo, vestido de ropaje humano. Dios no ha querido jugar a ser hombre. No ha queridovivir una vida de' super- hombre, una vida que no sea la nuestra. Dios ha querido conocer nuestra vida.
Por eso, Dios ha querido saber lo que es ir haciéndose hombre a lo largo de la vida , ir creciendo en edad,  en conocimiento y en madurez, ir descubriendo la vida progresivamente cada vez con mayor claridad y lucidez, ir aprendiendo a vivir escuchando a los demás, dejándose enseñar por los acontecimientos,  recordando la historia de su pueblo, meditando las escrituras _( Lc 2, 40.52.) .
Dios ha querido saber qué es para un hombre gozar y sufrir, trabajar y luchar, esperar y desalentarse, confiar en un Padre y experimentar su abandono,  (Mc 15,34). Ha querido saber cómo se vive desde una conciencia humana la ignorancia, la duda, la incertidumbre, la búsqueda dolorosa de la propia misión (Mt 4, 1_ 11); Mc 14, 32-42). Ha querido tener experiencia humana de lo que es nuestra pobre vida acosada de preguntas, miedos, esperanzas y expectativas.
Dios ha querido comprobar personalmente el sufrimiento, las limitaciones, los riesgos, tentaciones y dificultades que encuentra un hombre para ser verdaderamente humano (Hb 2, 18;, 15). Se ha visto sometido a los condicionamientos de carácter biológico , psicológico, histórico, cultural_ que sufre todo hombre. Por eso, ha tenido que vivir su libertad humana con esfuerzo, con lucha, con trabajo , con vigilancia y oración_
Ha sufrido en su propia carne y en su propia alma las consecuencias del egoísmo, la injusticia y la agresividad que domina a los hombres. Dios sabe ahora por experiencia que el amor más limpio, generoso y servicial a los hombres puede ser siempre rechazado por ellos. Más aún. Ha querido saber cómo de vive desde la conciencia oscura y limitada de un hombre la experiencia la fe en un Padre que parece abandonarnos en el momento del sufrimiento y de la muerte ( Hb 5,8; Mc 15, 34; Lc 23,  46).
                                Excepto en el pecado
En Cristo, Dios ha compartido esta vida nuestra cotidiana y desquiciada por el pecado, pero Cristo no puede ser contado entre los pecadores. En Jesús debemos excluir necesariamente todo aquello que pueda suponer desobediencia al Padre o complicidad con el pecado . Y no porque Dios no haya querido solidarizarse con el hombre hasta las últimas consecuencias sino porque en Dios es inconcebible la experiencia del pecado, ya que pecar es preferirse egoístamente a uno mismo ante que a Dios.
Lo que necesitábamos los hombres no era un Dios que nos acompañara en el pecado , el egoísmo y la injusticia , sino un Dios que se solidarizara con nosotros para liberarnos del mal.
             3. JESÚS , REVELACIÓN DEL DIOS SALVADOR 
Si Dios se ha hecho hombre en Jesús,  tenemos que decir que Jesús es para nosotros el rostro humano de Dios , es decir, el que nos descubre a Dios con rasgos humanos .
Ese Dios al que nadie ha visto jamás, en Jesús adquiere un rostro humano y se deja ver. Quien ve a Jesús está viendo al Padre ( Jn 14,9). El Dios silencioso y oculto, cuya última realidad siempre se nos escapa ahora , en Jesús, se nos aclara, nos habla y nos dirige su palabra hecha lenguaje humano.. El que escucha las palabras de Jesús está escuchando la palabra del Padre ( Jn 14,9). El Dios 
Jesús es la manera humana que tiene Dios de existir y de presentarse ante los hombres. Todo lo que nosotros sabemos de Dios lo conocemos en Jesús y desde Jesús. A través de su vida,  sus gestos, su  actuación , su mensaje y su muerte en la cruz , descubrimos lo que es Dios para nosotros , cómo reacciona ante el hombre , cómo se interesa por nosotros,  cómo busca nuestra salvación. 
Uno de nuestros esfuerzos principales como creyentes, debería ser el irnos liberando de ese Dios falso y ambiguo, producto de nuestra imaginación , nuestros sueños, miedos o egoísmos , para ir descubriendo el rostro de Dios en Jesús de Nazaret.
Descubrir en Jesús que Dios es un Padre que ama al hombre desinteresadamente , sin buscar su propia utilidad.
Que Dios no es un rival  del hombre sino alguien interesado solamente en su liberación y salvación total. Que es alguien que sabe perdonar siempre. Que no busca ser servido sino servir. Que se pone siempre en favor del pobre, del débil, del maltratado, del que necesita ayuda. Que defiende siempre la justicia y la verdad. Que se preocupa de la salud y la felicidad última del hombre, que es capaz de ir hasta la muerte por ser fiel a su voluntad de salvar a la humanidad_
                  4. JESÚS, REVELACION DEL VERDADERO HOMBRE
En Cristo,  verdadero Dios y verdadero hombre, no sólo descubrimos quién es Dios, sino que vamos aprendiendo también qué es ser hombre y a qué se le puede dar el nombre de humano.
En Jesús descubrimos donde está la verdadera grandeza del hombre,  cuales son nuestras posibilidades , dónde está el secreto último de la vida, cómo vivir incluso lo que nos parece más inhumano:  el dolor y la muerte.
                                         El hombre, imagen de Dios
Si Dios se ha encarnado en el hombre Jesús,  esto quiere decir que el hombre puede traducir , revelar y expresar de manera humana el misterio de Dios. Se nos descubre así a los creyentes la gran dignidad del hombre: ser imagen de Dios.
Vivir desde Dios y para Dios no es algo deshumanizador  o alienante. La vida de Jesús es verdaderamente humana no ' a pesar de ' sino precisamente porque vive enteramente desde Dios y para Dios. Nosotros somos humanos en la medida en que el amor, la verdad, la justicia, la libertad y el perdón de Dios se van manifestando en nuestra vida.

                                            El hombre, lugar de encuentro con Dios

Si Dios se ha hecho hombre, los creyentes sabemos , a la luz de Cristo,  que Dios puede y debe ser encontrado en el hombre. No es necesario abandonar el mundo y alejarnos de los hombres para encontrar a Dios en la lejanía del cielo. A Dios lo podemos encontrar dentro de los límites de la existencia humana.
Si Dios se ha hecho hombre en Cristo, aceptarnos plenamente como hombres y luchar por ser humanos es ya acoger a Dios. Tomar la vida humana en serio es empezar a tomar en serio a Dios. Quien acepta la vida con sus sufrimientos y alegrías,  con sus trabajos e interrogantes,  con sus problemas y misterios,  está aceptando, de alguna manera, a ese Dios que se ha encarnado en nuestra humanidad.
Si Dios se ha hecho hombre en Cristo,  acoger al otro hombre es ya,  de alguna manera, acoger a Dios. Donde hay amor sincero, incondicional y desinteresado al hombre,  allí hay amor al Dios que ha querido hacerse hombre ( Mt 25, 40. 45;  1 Jn 3, 17; 4,7-8.20).
     
               ALGUNAS EXIGENCIAS DE NUESTRA FE EN JESUCRISTO
No podemos terminar esta brece catequesis sobre Jesucristo sin apuntar alguna de las exigencias que implica nuestra fe cristiana.
No es posible creer en un Dios que se ha hecho hombre buscando la liberación de la humanidad , y no esforzarse por ser más hombre cada día y trabajar por un mundo más humano y más liberado .
No es posible creer en un Dios que ha querido compartir nuestra vida para restaurar todo lo humano, y al mismo tiempo,  colaborar con la deshumanización de nuestra sociedad, atentando de alguna manera contra la dignidad y los derechos de la persona. 
No es posible creer en un Dios que se ha entregado hasta la muerte por defender y salvar al hombre y al mismo tiempo pasarse la vida sin hacer nada por nadie.
No es posible creer en un Dios que se ha hecho solidario de la humanidad, y,  al mismo tiempo, organizarse la propia vida de manera individualista y egoísta, ajeno totalmente a los problemas de los demás.
No es posible creer en un Dios que busca para el hombre un futuro de justicia,  liberación y amor , y al mismo tiempo no hacer nada por la situación actual  tan lejana todavía de esa meta final.
                     
PARA CONTINUAR EL ESTUDIO DE LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS

1. Lectura.
Leer la 1 carta de San Juan, tratando de descubrir las exigencias de nuestra fe en un Dios encarnado.
En esto hemos conocido que es amor: en que El dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos' ( 1 Jn 3, 16).

          Preguntas para una reflexión

-Ante la vida y el mensaje de Jesucristo,  cuáles te parecen las deformaciones más importantes de nuestra imagen corriente en un Dios desencarnado'?
-Qué exigencias concretas puede tener para un cristiano de nuestra sociedad la fe en un Dios totalmente comprometido y solidarizado con el hombre?
-Cómo ir descubriendo día a día ,desde Cristo , lo que es una vida verdaderamente humana?
3. Bibliografía
L. BOFF, Encarnación. La humanidad y la jovialidad de nuestro Dios.
(, (Santander, 1980). Ed. Sal Terrae.
Obra sensilla y sabrosa sobre el proyecto de Dios de hacerse hombre para encontrarse con la humanidad. 
J.J. GONZALEZ FAUS, Acceso a Jesús.
(Salamanca, 1979) Ed. Sígueme.
Los temas fundamentales de la cristología presentados de manera clarividente e inclusive para el hombre de hoy.


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